Mitos sobre el sexo gay. ¿Activo o Pasivo?

El sexo gay es una fuente ilimitada de mitos, capaz de generar tantas mentiras y verdades a medias como los que rodean a la propia homosexualidad en sí misma. Cierto es que no es falso todo lo que sabemos, pero sí es necesario matizar algunos detalles.

¿Activo o pasivo?

Éste es, sin duda, uno de los mitos más populares sobre los roles sexuales en una pareja homosexual. Se da por hecho que uno de los hombres adopta un rol más varonil y el otro, uno más afeminado. Es lo que conocemos popularmente como activo o pasivo. Al activo se le considera más macho porque penetra analmente al otro y no deja ser penetrado (cuántos heterosexuales hay por el mundo que piensan así…). En cambio, el pasivo, por ser penetrado, ejercería el rol de mujer. Esta comparación también la podemos hacer con las parejas de lesbianas, donde parece obligado que una, la activa, tenga rasgos y actitudes más masculinos, y la otra sería la pasiva, más femenina. Pero muchas veces, la realidad no es tan encorsetada como nos quieren hacer creer. La mayoría de las parejas homosexuales, como ocurre también en las de heteros, suelen tener roles dinámicos a lo largo de una relación. Uno no es siempre activo o pasivo, sino que cambian sus roles a lo largo del tiempo.
 
Todas las parejas gays practican el sexo anal 

Se cree que todos los hombres homosexuales practican siempre el sexo anal con sus parejas. Pero no todo es como nos lo cuentan. Hay muchos hombres que viven su sexualidad en pareja sin necesidad de penetrarse. La estimulación puede ser plenamente satisfactoria con las caricias y otro tipo de juegos, que no siempre terminan por detrás. Es el caso del movimiento ‘g0y’, una tendencia que rechaza cualquier tipo de sexo anal. Dentro de este movimiento se considera que el activo humilla al pasivo al despojarlo de su ser masculino. Pero también hay parejas que simplemente no lo hacen porque no les gusta, sin más.

Los bisexuales son siempre activos 

Seguro que han escuchado en más de una ocasión eso de que los bisexuales son siempre activos. Que el hombre que hace el amor con una mujer también disfruta siendo el activo cuando mantiene una relación con otro hombre. En realidad, es otro mito más y para ser desmontado solo hace falta conocer la otra versión. Los bisexuales también disfrutan siendo pasivos, precisamente porque otro hombre les puede dar lo que no obtienen en una experiencia sexual con una mujer. En este caso, intercambiar los roles es uno de los alicientes más atractivos para quienes se atreven a vivir su bisexualidad con libertad.
 
Cuántos más, mejor

Uno de los estigmas con los que se ha intentado ensuciar la honorabilidad de los homosexuales es que son unos viciosos sexuales y que les encanta practicar el sexo con varias personas a la vez. Como si disfrutar del sexo en grupo fuera una práctica exclusiva de este colectivo, olvidándonos de las orgías que siempre han existido en la historia, donde hombres y mujeres, heteros y gays, las han protagonizado y disfrutado por igual. Pero cierto es que, si bien es una fantasía recurrente para cualquier persona, independientemente de su orientación sexual, no todos los homosexuales piensan igual. Hay muchos que no ven en estas bacanales un especial interés y solo hacen el amor, con una persona  cada vez.
 
Todos los gays han estado en un cuarto oscuro

No se nos ocurre mejor manera de poner punto y final a nuestro repaso sobre los mitos del sexo gay que hablar de los cuartos oscuros. Mucho se ha dicho y escuchado ya sobre este tema. Su fama, ciertamente, es merecida, y han sido espacios de liberación sexual en otras épocas. Pero también han sido un foco muy peligroso de infecciones y transmisión de enfermedades por abundar las relaciones sexuales sin protección. Precisamente por estos motivos, son muchos los homosexuales que nunca han pisado un cuarto oscuro y que nunca lo harán. El morbo ha sido sustituido por la precaución, y hoy en día, el sexo seguro es un valor en alza. Además, a no todos seduce la idea de practicar sexo con desconocidos y a oscuras, porque nunca sabes lo que te va a tocar.
 
fuente: ragap.es

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