Pese a la homofobia y transfobia imperantes en amplios sectores de la sociedad brasileña, de la cual una triste muestra ha sido el reciente nombramiento de un radical homófobo, el evangélico Marco Feliciano, como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, el proceso de extensión de derechos en Brasil parece imparable. Esta semana el estado de Río de Janeiro se ha convertido en la undécima jurisdicción de Brasil en permitir el matrimonio igualitario.
Como hemos venido informando en las últimas semanas, el goteo de territorios brasileños en los que está permitido el matrimonio igualitario es constante desde que el Supremo Tribunal Federal de Brasil se pronunció en mayo de 2011 a favor del derecho de las parejas del mismo sexo a constituir una unión estable con los mismos derechos que los de los matrimonios heterosexuales. Aquel histórico fallo, de obligado cumplimiento, no suponía la legalización explícita del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero sí de todos los derechos derivados del mismo. La decisión consolidó, por ejemplo, el fallo del Tribunal de Justicia Superior (junto al Supremo Tribunal Federal, una de las dos instancias judiciales más importantes del país) que ya un año antes había abierto la puerta a las adopciones homoparentales.
Desde entonces se han ido acumulando tanto sentencias judiciales como decisiones de las diferentes administraciones de justicia favorables al matrimonio igualitario. En junio de 2011, dos tribunales, uno en São Paulo y otro en Brasilia, reconocían los dos primeros matrimonios entre personas del mismo sexo, uno gay y otro lésbico. Era el comienzo de un lento pero progresivo goteo de parejas que poco a poco han ido viendo reconocidas sus uniones estables como matrimonios en diferentes puntos del país. En octubre de 2011 era el Tribunal de Justicia Superior el que se pronunciaba. El fallo señalaba que es perfectamente constitucional que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, por lo que autorizaba que dos mujeres que convivían desde hace cinco años se convirtieran en esposas. Pese a que se refería solo a la pareja demandante y no era automáticamente extensivo a otros casos, el fallo sentaba un importante precedente. Y más allá de los casos individuales, en enero de este año era la administración de justicia del pequeño estado de Alagoas la que emitía una orden que permitía a las parejas del mismo sexo tramitar sus peticiones de matrimonio sin necesidad de resolución judicial previa. Decisiones similares se han adoptado después en Sergipe, en Espírito Santo, en Bahía, en el Distrito Federal, en Piauí, en São Paulo, en Ceará, en Paraná y en Mato Grosso del Sur, los dos últimos estados a los que nos habíamos referido en dosmanzanas hace un par de semanas. Ahora se ha unido la administración de justicia de Río de Janeiro. Todos estos territorios (10 de los 26 estados brasileños y el Distrito federal) reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo sin necesidad de un fallo judicial previo, ya sea por celebración directa o mediante conversión en matrimonios de uniones estables registradas previamente.
La situación del matrimonio igualitario en Brasil, aunque confusa, se encamina así hacia un reconocimiento territorial global. Según informaciones de las que nos hicimos eco en su momento, el Supremo Tribunal Federal tenía intención de pronunciarse de forma explícita sobre el tema, al haber llegado hasta su jurisdicción el caso de una pareja de Río de Janeiro a la que se le negó el derecho a convertir su unión estable en matrimonio. Un fallo que en nuestro conocimiento continúa sin producirse, pero que podría consagrar el matrimonio para todas las parejas del mismo sexo del país.
Y es que los avances legales en materia LGTB en Brasil se han producido sobre todo gracias a decisiones judiciales. Mucho más complicada parece la vía legislativa, pese a que hace ahora dos años se constituyó un frente parlamentario a favor del matrimonio igualitario (entre otros derechos) promovida por el diputado abiertamente gay Jean Wyllys. Hace un año, recordamos, fue lanzada una importante campaña a favor de su aprobación en la que participaron destacadas personalidades del mundo de la cultura, como Caetano Veloso o Chico Buarque. En el Senado brasileño, por otra parte, ha sido introducido un proyecto de ley de uniones civiles entre dos personas, sin especificar que tengan que ser de distinto sexo.
fuente: @DosManzanas
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