Costa Rica. Carlos Alvarado Quesada es presidente ganando con una campaña inclusiva.

Con una amplia mayoría, el líder del Partido Acción Ciudadana, Carlos Alvarado Quesada, se convierte en el presidente más joven de Costa Rica al imponerse en las urnas gracias a su campaña a favor del matrimonio igualitario y los derechos de la comunidad LGBT, cuya oposición habían llevado a imponerse en la primera vuelta a su contrincante, Fabricio Alvarado Muñoz, que no ha conseguido movilizar al sector más reaccionario.
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Carlos Alvarado Quesada, se convierte en el presidente más joven de Costa Rica
El novelista de centro izquierda, Carlos Alvarado Quesada, que fuera ministro Trabajo y Desarrollo Humano del anterior gobierno del Partido Acción Ciudadana, se impone en las urnas al periodista y pastor evangélico, Fabricio Alvarado Muñoz, que había hecho de su campaña contra el matrimonio igualitario y los derechos del colectivo LGBT el caballo de batalla de su campaña, arrasando en la primera vuelta contra todo pronóstico, de la misma manera que ahora todo indicaba que iba a revalidar una victoria que se ha escapado de las manos con poco menos del 40 % frente a algo más del 60 % de los votos acaparados por su contrincante.
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«Costa Rica una vez más entregó un bello mensaje democrático (…). Mi compromiso es con un gobierno para todos, en igualdad y libertad», declara Alvarado Quesada instando a los costarricenses a que se enfoquen «en lo que nos une y no en lo que nos separa», sin discriminación. A sus 38 años de edad se convierte en el presidente más joven del país centroamericano, uniéndose al club de los presidentes elegidos antes de cumplir los cuarenta, junto a Emmanuel Macron y el neozelandés Jacinda Ardern.
Hundiéndose de rodillas y con los brazos en alto, Fabricio Alvarado, de 43 años de edad, admite su derrota, declarando que había luchado por «principios y valores», instando a sus votantes a que asumieran como él la derrota en base a que habían hecho «historia, porque nuestro mensaje tocó el nervio más profundo del país». Una conclusión que no deja de ser torticera porque si bien es cierto que la campaña ha estado dominada por la postura frente al matrimonio igualitario, después de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos mediante la que instaba a todos los países Latinoamericanas a legislar en favor de la unión entre personas del mismo sexo, lo cierto es que no son precisamente los «principios y valores» que él ha defendido los que se han impuesto, sino los opuestos. LEER NOTA COMPLETA
Fuente: Universogay.com

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