Te ves Bonito Marchando, te ves Bonito votando.
José Luis Díaz
/Activista
Hoy la realidad y el
escenario político para la comunidad LGTBI es muy distinto a años anteriores,
en la atmósfera se siente un avance en materia de derechos, si bien es
cierto hemos dado pasos importantes a
través de las voluntades políticas, aún existe una demora sustancial en
términos de leyes que nos sitúen en igualdad de condiciones.
Los desafíos son grandes, y
cada vez más complejos de alcanzar, cada uno con la misma relevancia pero con
distinto impacto, ya que no podemos éticamente anteponer un derecho por sobre
otro. La demora caprichosa de la ley de Identidad de Género no es más que una
señal de los obstáculos que un grupo de parlamentarios está ejerciendo. Esto
solo se puede catalogar como la mayor bajeza política y falta de comprensión de
lo que implica un avance en materia de inclusión, en plena democracia.
La realidad LGTBI nos compete
a todos y todas, ya que no tan solo afecta a quienes la conformamos sino
también a sus cercanos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, que viven y
sufren al ser testigos de las discriminaciones y atropellos a los cuales
estamos expuestos y expuestas cada día.
Se requiere educación sexual,
formativa, preventiva y ajustada a las distintas realidades del ser humano,
considerando sus etapas vitales, identidad y orientación sexual. Una política
educativa por parte del Estado nos garantizaría que exista una disminución real
de las personas afectadas de VIH, embarazos no deseados y porque no decirlo;
abusos sexuales que pueden ser fomentados por la cultura heteronormativa,
sexista, machista y patriarcal. No incluyo en lo anterior la pedofilia ni la
violación ya que son crímenes que merecen la pena legal más severa.
Es necesario avanzar en una
real inclusión Trans de adultos, niños y niñas; los espacios laborales y
educacionales muchas veces muestran total rechazo a su admisión, esto debido a
la ignorancia y la falta de legislación adecuada, para evitar esto es
fundamental fortalecer la ley antidiscriminación. Se debe continuar trabajando
en leyes que estén a la altura de los Derechos Humanos, lo que no puede recaer
solo en las organizaciones sociales LGTBI o en pequeños grupos de activistas
sino que en la sociedad en su conjunto.
Marcha del Orgullo LGBTI en Santiago de Chile. |
Llamar a votar en estos
tiempos puede ser una aventura utópica, sin embargo, lo hago. Necesitamos el
voto de cada persona LGTBI y de quienes simpatizan con nuestra causa, para
poder ser sujetos en igualdad de condiciones, sujetos escuchados en nuestras
necesidades, para ser personas comunes y corrientes. La abstención solo dará
paso a un retroceso importante, y con el peligro que nuevas organizaciones y
redes se levanten para eliminar lo alcanzado.
Apelo a su voto alerta y los
invito a votar por candidatos realmente
comprometidos con la diversidad sexual y con los derechos LGTBI, alejémonos de
la instrumentalización morbosa y egoísta de algunos que levantan la bandera
LGTBI en público, pero no en su conciencia.
Santiago, puede pasar a ser
un ejemplo nacional, es una de las comunas de mayor población LGTBI y a su vez
es la que presenta por parte de algunas de sus autoridades el rechazo mas
importante, esto se vio reflejado con la molestia de la bancada derechista de
izar nuestra bandera en la Municipalidad de Santiago. Si bien agradecemos el
simbolismo de aquello no cabe la menor duda que al momento de hablar de
Derechos Humanos, estos son completamente invisibilizados y anulados por una
parte de la población, la que no solo niega al LGTBI sino que niega la
diferencia de nuestros pueblos y los colores del inmigrante.
La izquierda ideológica y
activista no puede marginarse esta vez de la participación ciudadana, ya que pasar a ser cómplices de es
un crimen social que no podemos arrastrar.
José Luis Díaz /Activista |
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