Star Trek y la Homosexualidad como una fábula de ficción


Repasando los ya clásicos episodios de la serie más popular de la ciencia ficción, Star Trek: La nueva generación, volví a ver un episodio que tenía olvidado. Se trata del episodio The Outcast, traducido en España como "El paria". El episodio 17 de la quinta temporada plantea claramente, como tema principal, la homosexualidad y la identidad de género. Por otra parte, ya en segundo plano, también aborda las desigualdades sociales entre hombres y mujeres.
Como en muchos capítulos de la saga, Star Trek plantea un tema que se relaciona directamente con el presente de su emisión. Estamos ante un episodio con un fuerte contenido pedagógico y de denuncia. El futuro "perfecto" retratado a bordo de la nave estelarEnterprise (que ha inspirado muchas ideas tecnológicas y también ideológicas) nos permite conocer algunos de los errores de nuestra sociedad presente. Cabe recordar, como ejemplo, que fue la primera serie que mostró abiertamente en televisión una relación interracial, lo cual provocó un gran shock, y un posterior debate, en gran parte de la sociedad norteamericana de los 60.
Este episodio que tratamos fue emitido originalmente el 16 de Marzo de 1992. Situamos, pues, el capítulo en el contexto de una sociedad estadounidense fuertemente influenciada por los crecientes datos relacionados con la extensión del sida por su propio país, y por todo el mundo, además del comienzo de una clara comprensión hacia el movimiento LGTB.
El productor Rick Berman comentaba en su libro Star Trek: The Next Generation Companion: "Pensamos, que habíamos hecho una declaración muy positiva acerca de los prejuicios sexuales en los distintos Star Trek, pero todavía llegaban muchas cartas de aquellos que pensaban que sólo eran nuestra manera de 'lavarnos las manos' sobre la situación de los homosexuales". Esto es debido a queel planteamiento futurista de una sociedad mayoritariamente heterosexual ofendía a los seguidores gays de la serie. Dicha crítica desembocó en el guión de éste episodio.
El capítulo comienza con la solicitud de ayuda por parte de los J'naii, habitantes de un planeta donde no hay dos géneros, sino uno sólo, a la nave Enterprise. De esta relación nacerá una estrecha amistad entre el Comandante Riker (Jonathan Frakes) y Soren (Melinda Culea), una J'naii. El interés de ambos por una sociedad sin sexos, y de una sociedad con dos sexos, respectivamente, hará crecer el interés mutuo en el sexo. Finalmente Soren confiesa al Comandante Riker que no todos en su planeta son iguales, y que ella pertenece a una minoría que se siente atraída únicamente por un género, el masculino. Surgirá así el amor entre ambos. El capítulo finaliza con el juicio que sufre Soren tras descubrirse en su planeta que no es "como los demás".
Se trata de una fábula de ciencia ficción para denunciar la hipocresía de la sociedad norteamericana ante la homosexualidad. Aunque la temática podía haber sido más evidente, pues se habla de una manera demasiado sutil.
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Dos días antes de la emisión del capítulo, el productor Rick Berman declaró en una entrevista que la elección de la actriz Melinda Curea para el papel de Soren se debía a que ver a "Riker participando en apasionados besos con un actor masculino, podría haber sido un poco difícil de aceptar para los espectadores". Sin embargo, el actor Jonathan Frakes lo veía de una manera completamente diferente, y más tarde criticó la decisión de usar mujeres para los papeles de los J'naii, ya que una historia de amor compartido entre dos hombres habría hecho que la declaración del episodio fuera más fuerte.

De hecho, uno de los diálogos que fue cortado de la versión final era dicho por el personaje de Riker, quien preguntaba directamente al juez "Entonces, ¿cómo es que Soren no puede elegir sobre su orientación sexual?". Así pues, las consideraciones directas a la homosexualidad en el episodio fueron sesgadas. Pero no por ello cambió el mensaje que se quería transmitir a los millones de espectadores norteamericanos (muchos de ellos jóvenes) para concienciar sobre la homosexualidad; aunque eso si, se hiciera de una manera "descafeinada".
Sin embargo, hay que incluir el acertado discurso final de Soren a quienes la juzgan por su orientación sexual, excepto, según algunos criterios, por incluir el adjetivo "compasión":
"Estoy harta de mentiras... Soy una mujer. Nací así. He tenido esos sentimientos, esas ansias, toda mi vida. No es algo antinatural. No estoy enferma por sentir de esa manera. Por eso no necesito ayuda, y tampoco necesito que me curen. Lo que necesito, y lo que todos los que son como yo necesitan, es su comprensión y su compasión. Nosotros nunca hemos perjudicado a nadie, pero se nos desprecia y ataca. Y todo porque somos diferentes, aunque lo que hacemos no es diferente a lo que hacen ustedes. Hablamos, reímos, nos quejamos del trabajo y pensamos en como será la vejez, hablamos de nuestras familias y nos preocupamos por el futuro. Y también lloramos con el otro cuando algo va mal. Sólo intentamos vivir felices con nuestra pareja, eso es lo único que pretendemos. Y por eso se nos llama inadaptados, intrigantes y delincuentes. ¿Pero qué derecho tienen ustedes a castigarnos? ¿Quién les ha dado el derecho de cambiarnos? ¿Qué les hace pensar que pueden dictar cómo debe quererse la gente?".
Fuente:  José Luis Villalobos . www.cascaraamarga.es 

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